Qué es la exfoliación y qué tipos de exfoliantes existen
Exfoliación, renovarse o morir
La piel es un órgano en continua renovación. Pero... ¿cómo se renueva la piel?, ¿qué es la exfoliación? Ana Isabel Andrés de Taller Amapola, explica como los exfoliantes faciales y corporales ayudan al proceso de renovación cutánea, peeling o exfoliación.
Como se renueva la piel
La piel es un órgano en continua renovación, indispensable para la vida, que representa un 6% del peso corporal y ocupa aproximadamente dos metros cuadrados de superficie en un adulto.
La epidermis, en contacto directo con el exterior, es una capa de células estratificadas, carente de vasos sanguíneos y cuya función es preservar a las células más profundas de la deshidratación.
Su parte más superficial, la capa córnea, está constituida por células aplanadas íntimamente unidas entre sí y queratinizadas que continuamente se están desplazando al unísono hacia fuera hasta desprenderse en la superficie, a la vez que nuevas células se forman en las capas más profundas.
Esto es lo que conocemos como descamación permanente y es un proceso constante que hace que nuestra piel se renueve de una forma sencilla y natural. Con los años este proceso se ralentiza y es necesario ayudar de alguna manera a nuestro organismo a eliminar estas células muertas.
En qué consiste la exfoliación o peeling
La exfoliación o peeling es la eliminación artificial, más rápida y profunda de las células queratinizadas de la capa córnea. Además este proceso permite la renovación celular, eliminar la suciedad más profunda y activar la microcirculación periférica aportando más cantidad de oxígeno a las células, con lo cual el resultado es una piel más limpia, radiante y luminosa.
Exfoliación facial
La aplicación del exfoliante en el rostro se realiza siempre con la piel limpia, aplicando un ligero masaje con movimientos circulares desde el cuello hasta la frente, presionando con las yemas de los dedos e insistiendo en las zonas donde la piel es más grasa o se acumula más suciedad como aletas de la nariz, barbilla y frente. Una vez masajeado todo el rostro, retiramos el exfoliante con la ayuda de una pequeña esponja mojada en agua templada y arrastramos así toda la suciedad superficial y profunda.
Cuando acabemos, notaremos la piel suave al tacto y ligeramente enrojecida, esto indica que la circulación sanguínea se ha activado y es el momento ideal para aplicar una mascarilla que nutra en profundidad la piel y calme la sensación de calor. De aloe vera si la piel es sensible, arcilla si es grasa o directamente aceite de rosa mosqueta o argán si la piel es seca y envejecida, son los tratamientos que completarán nuestro ritual de belleza particular y permitirán que luzcamos una piel fresca y sana.
Exfoliación corporal
El resto del cuerpo también necesita una ayuda en el proceso de renovación cutánea, y en zonas donde la epidermis es más gruesa como plantas de los pies, codos y rodillas aplicaremos exfoliantes de grano más grueso, esponja vegetal de tipo lufa o piedra pómez, que ayudarán a eliminar la piel envejecida y a suavizar las partes más ásperas. Al finalizar la exfoliación corporal, siempre conviene aplicar una emulsión suavizante o un aceite o manteca corporal que favorezca la regeneración de la piel y aporte los nutrientes necesarios.
Exfoliantes vegetales, una opción económica y segura
Los exfoliantes vegetalesson preparados cosméticos que incorporan extractos de cortezas, hojas o frutos triturados finamente que permiten la exfoliación mecánica suave de la piel sin dañarla ni maltratarla. Huesos de frutos triturados como el del albaricoque, la aceituna, el melocotón o la almendra, semillas de pequeño tamaño como la de la rosa mosqueta o el kiwi, y polvo de cereales como el arroz o la avena, son algunas de las opciones que encontramos en el mercado. Generalmente estos exfoliantes forman parte de cremas, leches más o menos fluidas, geles o mantecas, y se aplican directamente sobre la piel del rostro o el cuerpo.
Receta casera de exfoliante casero
Para hacer una exfoliación en casa, necesitamos:
- sal fina o azúcar
- leche limpiadora fluida o aceite facial
Mezclar la leche limpiadora fluida o el aceite facial con un pellizco de sal fina, frotar por toda la piel del rostro ejerciendo una ligera presión con las yemas de las manos. Retirar con agua tibia y aplicar una crema hidratante.
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