Limpieza de cutis
El maquillaje es una operación funcional, por no decir todo un ritual, en el que, principalmente aunque no sólo, la mujer invierte buena parte de su tiempo y se convierte para ella en toda una ciencia...
El maquillaje es una operación funcional, por no decir todo un ritual, en el que, principalmente aunque no sólo, la mujer invierte buena parte de su tiempo y se convierte para ella en toda una ciencia.
Para conseguir un maquillaje que realmente realce nuestra belleza es importantísimo aplicar una buena base, y esto no siempre es fácil. Así, partiendo de la higiene facial como tarea primordial previa a la aplicación de cualquier maquillaje, el primer factor determinante lo va a constituir, sin duda, la base que debe ser siempre de un color lo más parecido posible al de nuestra piel.
Es un error pretender aplicarnos una base de color más oscuro para intentar parecer más morena, por ejemplo. Primero, porque no podemos pretender engañar a quien nos ve habitualmente, y segundo, porque aunque cubramos toda nuestra cara con ella, zonas como las manos y el cuello revelarán diferencias de color muy poco estéticas.
Tras extender la base sobre la cara con las manos, es conveniente utilizar un algodón o una esponja de maquillaje para que la capa resultante sea homogénea y lisa, y no presente grietas, espacios sin cubrir. Aplicar un humectante puede ayudar a prolongar la duración de la base. En pieles secas no es necesario; en pieles grasas es conveniente el uso de humectantes libres de aceite o la aplicación de bases en polvo.
En días especialmente calurosos, es conveniente aplicar una base en polvo por la mañana ayudándose de brochas y pinceles de pelo natural e ir retocándola a lo largo del día, ya que a altas temperaturas es más difícil presentar un aspecto fresco. Igualmente, intentar disimular las imperfecciones con mayor cantidad de polvo no sólo consigue atenuarlas sino que termina potenciándolas. Las imperfecciones menores se solucionan salpicando la base con corrector para neutralizar el rojo; las más notorias, como manchas oscuras en la piel, con corrector amarillo.
Para hacer desaparecer la habitual línea alrededor de la mandíbula es suficiente con salpicar la base con humectante y masajear desde la quijada hacia el cuello, de forma que dicha línea queda difuminada.
Llega el momento de enfrentarse al espejo alejándose para comprobar si el aspecto general ofrece una imagen agradable. El mejor maquillaje no es el más llamativo, sino el más natural.
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