Cuidar la piel en Semana Santa

Disfrutar del sol es importante y ahora en Semana Santa es un momento propicio para ello, sin embargo no cuidar la piel o pasar excesivas horas tomándolo, puede ser perjudicial para nuestra salud si no tomamos las medidas adecuadas, ya que los rayos ultravioleta pueden llegar a ser muy perniciosos.

En esta Semana Santa debemos tener en cuenta que la exposición indiscriminada a los rayos ultravioletas (luz solar) puede generar efectos graves en la piel o incluso desencadenar riesgos que pueden tornarse en enfermedades graves. Por ello, debemos observar los posibles riesgos para la salud que entraña obtener bronceados acelerados tras exposiciones prolongadas al sol y además hemos de ser conscientes que no se puede lograr en cinco días, el mismo bronceado que se obtiene durante un mes entero de vacaciones.

De hecho, como señalan los expertos, el periodo post-semana santa es un momento que coincide con una gran afluencia a los centros de salud por problemas derivados de la exposición excesiva al sol. De ahí, que se incida por parte de estos profesionales en la prevención más que en la curación. Por ello, un correcto bronceado de la piel, debe huir de una exposición prolongada al sol en horas indebidas (mediodía) y sin la protección adecuada. Recordemos que un correcto bronceado es sinónimo de buena salud y belleza, pero tomando las debidas precauciones.

Debemos optar por un buen protector, en torno a un factor de protección de 30. También tendremos en cuenta a la hora de elegir un protector solar, el tipo de piel que uno posee. Los seres humanos tienen un filtro solar natural: los melanocitos, unas células que están en la superficie de la piel, que producen una sustancia protectora llamada melanina. Quienes tienen una piel muy blanca tienen una más reducida producción de melanina, y por ello deben cuidarse más de las radiaciones ultravioletas. Así, tomaremos el sol de forma moderada, con exposiciones cortas y con el uso de bloqueadores solares de gran protección. Al segundo o tercer día se puede reducir el factor de protección a 20 y el último día, de estos cinco, se puede recurrir a un buen bronceador con un factor aún más bajo en personas adultas, no así en infantes o personas mayores. Pero siempre evitando las exposiciones prolongadas al sol, especialmente en las horas del mediodía y teniendo una mayor precaución por controlar los labios, ojos, orejas y pies por su alta sensibilidad. Tampoco debemos olvidar que el 80 por ciento de la radiación solar pasa a través de las nubes, por ello durante esos días "nublados", también debemos aplicarnos bloqueadores solares.

No debemos olvidar que unas buenas vacaciones pasan necesariamente por extremar las precauciones y cuidados para nuestro organismo, como es huir de la excesiva radiación solar, que puede producir severos efectos negativos en la piel y ojos, incluso un debilitamiento del sistema inmunológico, síntomas de envejecimiento prematuro, manchas y otros trastornos cutáneos, que pueden degenerar en cáncer de piel.