Limpieza facial: una cuestión de salud
La limpieza de la piel es fundamental no sólo por una cuestión estética sino de salud
La limpieza de la piel. El hábito más saludable. Lo más importante para mantenerse radiante es una buena limpieza facial. Adiós puntos negros. Máscaras nutritivas. ¿Cómo proteges tu piel?
Los puntos negros, las manchas faciales y los pruritos son algunas de las consecuencias evidentes de no cuidarse correctamente la piel de la cara.
En la actualidad, existen multitud de productos cosméticos en el mercado (hablamos de los naturales), que ayudan en la tarea cotidiana de la limpieza facial, aunque no se debe abusar de ellos, al menos si no los ha recomendado un especialista. Con todo, siempre podemos optar por las múltiples soluciones caseras para estos problemas de piel, como las máscaras nutritivas.
Una piel limpia es sinónimo de belleza, higiene y cuidado personal. Limpiar el rostro contribuye a oxigenar la piel y a mantener su luminosidad, lo que retarda su envejecimiento. Así, eliminar las impurezas, los puntos negros y el exceso de grasa, debe ser una tarea diaria y cotidiana para garantizar la salubridad de la piel del rostro, que en muchas ocasiones es una auténtica tarjeta de presentación que no podemos descuidar.
Tampoco debemos olvidar que la piel está expuesta a infinidad de agresiones externas como la contaminación, la radiación solar, las temperaturas extremas; ni tampoco que la herencia genética, ciertos factores hormonales y una alimentación rica en grasas pueden jugar un importante papel en la aparición de estas impurezas en nuestra piel. Así, una dieta equilibrada y acudir con cierta frecuencia a un profesional para que nos realice un seguimiento, puede ser una solución muy útil, puesto que existen infinidad de tipos de piel (reactiva, grasa, sensible, fotoenvejecida) y, para poder cuidar la nuestra, debemos conocer mejor nuestro propio cutis, antes de aventurarnos a soluciones desconocidas.
Para mantener la piel del rostro en buen estado y libre de los efectos de los productos químicos, es fundamental quitarse el maquillaje antes de acostarse, para lo cual existen cremas adaptadas a los distintos tipos de piel. Después de quitárselo es indispensable lavarse bien la cara con agua fresca, con el fin de eliminar todo vestigio de producto y las toxinas que puedan quedarse retenidas. Con ello se logra una exofiliación natural y se oxigena la piel que se regenera durante las horas de sueño. El lavado del rostro con agua fresca debe repetirse por la mañana, antes de proceder a la aplicación del maquillaje.
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